De todos modos, hay algunos datos que ponen de relieve el pánico que algunas comunidades experimentaron: por ejemplo, en la medianoche del 1 de enero del año 1000 la población entera de Islandia se convirtió masivamente al cristianismo. Raúl Glaber, importante cronista francés del siglo XI, estaba totalmente convencido de la llegada de Satanás, el cual por lo visto incluso se le llegó a aparecer en la cabecera de su cama. Por el contrario el abad Abbon de Fleury, contemporáneo a la llegada del año 1000, discrepaba de estas predicciones ya que decía que no se podía determinar cuándo Dios estaba dispuesto a realizar el Juicio Final sobre la Humanidad. Y a todo ésto, ¿cúal era la actitud de la gente normal y corriente antes estas predicciones poco halagüeñas?. Era una sociedad llena de supersticiones y cualquier comportamiento extraño de la Naturaleza era explicado en clave apocalíptica. Sucesos que aparentemente son normales, como la lluvia de barro, era interpretado como un signo inequívoco del descontento divino con los habitantes de la Tierra.
*** TIBERIO. Navidad de MCMXCIX *** |