ISRAEL:

VIDA Y MILAGROS



¡¡¡ HOOOOOOOLA A TODOS !!!

En esta página es donde debería abrirme en canal y mostrar a todo el mundo como soy y qué es lo que me gusta. Pero me gustan tantas cosas, y soy de tantas formas diferentes (creo que le llaman esquizofrenia) que es imposible plasmarlo todo en una sola página. Y si es posible ahora no tengo ganas.
Bueno, antes de nada, ahí va una foto de mi rostro, para que cuando me veais por la calle me reconozcáis y os acerquéis a pedirme un autógrafo. Lo siento, mujeres del mundo, pero ya tengo novia.

Mi cara bonita

Por lo demás, ¿qué puedo contaros sobre mí?.
A la tierna edad de ocho años fui abducido por una nave extraterrestre. Este peculiar hecho marcó mi vida para siempre, sobretodo por el micro-chip que llevo insertado en el cerebro y que hace que pueda sintonizar cualquier emisora nacional con solo meterme el dedo en la nariz. A veces pienso si este increíble poder que poseo se debe a un error de los extraterrestres a la hora de instalar el micro-chip, o es que soy un elegido y debo cumplir alguna extraña misión en este planeta. Si es así y hay algún extraterrestre leyendo esto, por favor que me mande un mensaje y me aclare de qué va la cosa.
Otra faceta inaudita de mi persona es que soy el único ser humano que conozco que después de ducharse se lava las manos y la cara. Esto es algo que, por sorprendente, me sorprende hasta a mí mismo. Sin embargo hasta hoy no he podido hallar remedio para semejante comportamiento, y no será porque no lo haya intentado. Una vez probé a ducharme con una careta y esposas en las manos. Pero los maridos, celosos,llegaron de repente preguntando qué hacían mis manos sobre sus mujeres, y la cosa no acabó muy bien. Otra vez pensé que la solución sería estarme un buen tiempo sin ducharme. Así (pensé yo) cuando volviera a hacerlo quizás ya se me habría olvidado este feo hábito de lavarme las manos y la cara. En total estuve un mes y doce días sin pasar por el baño. El resultado fue que mi círculo de amistades disminuyó su diámetro hasta abarcar a un pequeñísimo grupo de gente: yo. Lo peor de todo vino cuando, después de todo aquel tiempo, volví a ducharme. Aterrorizado, descubrí como, una vez puesto el albornoz, me dirigía hacia el lavabo y me lavaba las manos y la cara. No pude reprimir un grito de pánico.

De momento no voy a contaros nada más. Como sucede en medio Internet, esta página está en obras, así que cuando me anime a explicaros más cosas sobre mi vida aquí las veréis.
Por cierto, si es ocurre alguna idea para algo que pueda haberme pasado a lo largo de mi vida, mandadme un e-mail y si me mola lo pondré. Y es que si no la vida de uno es muy aburrida.